1· EL JUICIO DE DIOS
Edad Media, Inglaterra, mujeres sospechosas de confraternizar con el Diablo y las artes prohibidas, eran maniatadas y lanzadas al río para comprobar si eran brujas. Si superaban la inmersión y sobrevivían, eran brujas. Su destino era la hoguera. Si morían Dios se apiadaba de su alma.
El agua como elemento de purificación tiene origen pagano, mediante el sincretismo religioso se coló en el catolicismo manteniéndose como sagrada en rituales como el bautismo.
Este videoclip, dirigido por un desconocido Andrew Faber, rodado en República Checa en marzo del 2011 ofrece una composición narrativa característica de las piezas de videoarte más complejas. Destaca de inmediato el contraste de un "Juicio de Dios" y los sonidos electrizantes del dueto noruego Stargate como banda sonora, es fantástico;
La dirección de casting, esencial para la ejecución del video, se ha hecho con Bergman en mente (algo tendrán que ver los Stargate), al igual que la planificación de la realización, severa, contenida, austera. La fotografía prefiere coquetear con la escuela pictórica flamenca del medievo que con la estética superficial del saturado mercado de la MTV.
2· ELVIS, JESÚS Y LA VIRGEN QUE LO PARIÓ
Un videoclip se diseña pensando en un tema musical, la temática, lo que sugiere la melodía, la letra…
Personal Jesus es definida como "una canción que trata de ser Jesús para alguien más, alguien que te da esperanza y cuidado. Es sobre cómo Elvis fue su hombre y su mentor y qué tan seguido eso pasa en las relaciones amorosas; cómo el corazón de todos es de cierta forma como un dios", por su autor, Martin Gore.
Elvis, Jesús, Depeche Mode… Está claro que tenemos un batiburrillo muy propio de nuestros tiempos. El relanzamiento del tema después de 20 años consigue reflejar todo esto de una manera sorprendente, sencilla y profunda.
Arrancamos con la soledad de la protagonista. Reza una plegaria de misericordia a un Dios ausente.
La bruja es lanzada al mismo río donde seguramente hayan perecido tantas otras infelices antes que ella.
Ante la decepción de todos, sobrevive. No es una bruja.
Por desgracia, el sistema de poleas “falla”, se quiebra, la soga se rompe y la joven se hunde en el río irremediablemente.
Ante semejante error del sistema de enjuiciamiento, los representantes de la Ley intentan rectificar ordenando su rescate. El contrapunto del fuego de la masa frente el agua del individuo se hace patente.
El fracaso es desalentador, pero los aldeanos no parecen lamentarse demasiado, hace un momento estaban seguros que era un bruja.
De repente, ella emerge del río, levitando. Una resurrección sobrenatural, inesperada y horrible. La expectación se hace insoportable, el miedo inmoviliza, no saben si están ante una aparición divina o ante el mismo Anticristo.
Ella sonríe, se alegra de la incredulidad de los que le han juzgado. Y entonces sí, llega su vendetta.
El agua que debía haberla matado, la pureza que consideraban los otros que tendría que haberla delatado, se vuelve en contra de los aldeanos, cayendo en forma de lluvia sagrada sobre todos ellos, causándoles pústulas y heridas dolorosas, como si sus creencias se hubieran vuelto en su contra.
3· UNA REFLEXIÓN SOBRE LA IDENTIDAD
El relato se desarrolla en una sola localización: un puente.
El puente consiste en comunicar un punto con otro salvando un bache inaccesible, marca un cambio en el camino. El tema de la muerte vinculada a la purificación, es un símbolo que la psique humana proyecta en todas las religiones de todo el mundo siempre encadenada a una necesaria y deseada resurrección milagrosa. En psicoanálisis, esto se asocia a los periodos de transición vitales. Fuertes cambios de personalidad que se experimentan como “puentes”. El individuo debe continuar su camino renunciando a su anterior identidad para dar paso a una nueva, capaz de enfrentarse a los nuevos retos que se le presentan.
El periodo de transición que más suele marcar al individuo, es el paso de la adolescencia a la madurez, una época especialmente sensible en la que se conforman la mayoría de nuestros miedos, deseos y represiones. La psique es intervenida por la aparición de la sociedad como entidad reprobatoria y por lo tanto hostil. La escuela, el trabajo, la competitividad con el otro por una marca, un objeto de deseo, una mujer, un hombre, un trabajo… Las energías vitales precisan echar a un lado al niño para que deje paso al adulto, él único capaz de vencer los candados del mundo exterior y liberarse
El periodo de transición que más suele marcar al individuo, es el paso de la adolescencia a la madurez, una época especialmente sensible en la que se conforman la mayoría de nuestros miedos, deseos y represiones. La psique es intervenida por la aparición de la sociedad como entidad reprobatoria y por lo tanto hostil. La escuela, el trabajo, la competitividad con el otro por una marca, un objeto de deseo, una mujer, un hombre, un trabajo… Las energías vitales precisan echar a un lado al niño para que deje paso al adulto, él único capaz de vencer los candados del mundo exterior y liberarse
El encontronazo con el sistema social, representado por las poleas de seguridad , son algunas de las cadenas con las que debe lidiar. La "mordaza social" exige, obliga y recompensa.
La luz del fuego en la oscuridad en antagonismo con la energía individual representada con el elemento contrario (el agua), alumbra y a la vez da calor. Sin embargo éste puede volverse en contra y quemar.
Ese “agua interna” es una de las mayores energías de las que dispone la psique desarrollarse, es decir, ese niño oculto a la espera en lo profundo del nuevo cuerpo; esa esencia que lucha por salir a la superficie del río y expresesarse en todo su esplendor y rebeldía.
La creatividad y la aceptación de uno mismo, es lo que finalmente derriba la hostilidad de “los otros”, cegados por la luz de las antorchas.
La luz del fuego en la oscuridad en antagonismo con la energía individual representada con el elemento contrario (el agua), alumbra y a la vez da calor. Sin embargo éste puede volverse en contra y quemar.
Ese “agua interna” es una de las mayores energías de las que dispone la psique desarrollarse, es decir, ese niño oculto a la espera en lo profundo del nuevo cuerpo; esa esencia que lucha por salir a la superficie del río y expresesarse en todo su esplendor y rebeldía.
La creatividad y la aceptación de uno mismo, es lo que finalmente derriba la hostilidad de “los otros”, cegados por la luz de las antorchas.
El videoclip se manifiesta en este sentido con total optimisto, en perfecta simbiosis con la letra que reclama al individuo como único dios de sí mismo, arenga a que se atiendan las propias plegarias y así encontrar el camino de la libertad mediante la energía personal.
4· UNA REFLEXIÓN SOBRE NUESTRA ÉPOCA
Ella arranca con una plegaria al cielo, pero la letra insinúa que la plegaria está dirigida a sí misma, como “diosa de su corazón”. Presenciamos una clara confrontación, aún en transición, de los valores modernos frente los valores posmodernos.
Los valores de una sociedad decrépita, que se justifica en un Dios para obrar y reprimir a los demás, corresponde a una vertiente muy distinta y aún anquilosada en el poder que yo prefiero llamar Modernidad. Aquellos que se aglomeran en torno a la Virtud y la Justicia y se esfuerzan en no dejar duda alguna sobre lo beneficiario que son sus acciones y por lo tanto su sociedad, su pueblo… Frente al miedo al “otro”, a lo diferente. Las brujas.
Esos valores están en crisis desde principios del siglo XX, en los 50 la decadencia era obvia y a pesar de sus fuertes vaivenes no solo no se ha desarrollado, sino que aún se mantienen en las instituciones, en la política, en la educación, en la sociedad, en el poder.
La Posmodernidad es una entidad aún por reivindicar. El mismo nombre es una prueba de su definición provisional. Es sin embargo interesante observar como cada día gana posiciones frente a un adversario poderoso que no necesita de la razón para sustentarse en el poder, solo de las creencias del grupo. Del miedo, el paralizante más eficaz del planeta.
Solo “el agua purificadora” les hiere, les abruma, les supera. Sus propios argumentos, sus propios miedos, lo diferente, inalcanzables, real.
Como el agua de Ghandhi.
O la de Marthin Luter King.
O la de Elvis.
O la de tantos otros que llegan a ser su Jesús personal.
Tenía que ser, Depeche Mode.
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